Solo en Granada
Luky es muy bueno, tímido y muy cariñoso cuando conoce a la persona.
Luky y su compañero Lucas (adoptado hace muy poco), vivían junto a sus dueños, hasta que éstos se divorciaron.
Ambos se quedaron con el hombre, quien los desatendió, abandonados en su cortijo, llenos de parásitos, en los huesos y casi a punto de morir.
El hijo del dueño, al descubrir la situación, se hizo cargo de ellos y nos pidió ayuda.
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