La carita de LILI nos habla de desconcierto, pero también de esperanza. Fue entregada por un cazador, probablemente porque ya "no le servía"... Sólo ella sabe la vida que ha llevado, pero su mirada triste, hace pensar que no ha sido una buena vida. Su estado de salud es bueno, pero le faltan piezas dentales, posiblemente por comer lo que ha podido porque no tenía otra cosa...
Pero es el momento de mirar hacia delante, de encontrar para LILI la familia que siempre mereció, una que le de la buena vida que nunca tuvo. Aún estamos a tiempo de que esta chiquitina, que pesa solo 8 kgs, y tiene aún media vida por delante, encuentre un buen hogar; por fin.
Es una perra muy buena y cariñosa.
Busca adopción responsable con contrato y seguimiento. Está en Granada que es donde fue rescatada pero busca adopción en Madrid para tener más oportunidades.
Tiene 8 años y es mestiza de podenco.