A esta preciosidad la dejaron atada a las puertas del refugio con una cuerda tan larga que llegaba a la carretera con el riesgo de atropello que ello supone. Desde luego, muy poco les importaba esta perrita a aquellos que la dejaron allí. Estaba temblando del pánico cuando la vio el primer voluntario. Le costó mucho poder acercarse. Se nota que ha tenido muy poco contacto con gente. Aunque ya está algo más tranquila en el refugio, sigue siendo muy tímida con la gente que no conoce. Esperamos poder ayudarla a que confíe cada vez más y más. Con los demás perros se muestra muy sumisa y se lleva muy bien con ellos. Se entrega con chip, pasaporte europeo, vacuna antirrábica, esterilizada y con contrato de adopción.