Rolf fue rescatado de un pueblo de Sevilla junto a Eva, su compañera de “viaje”, ambos merodearon durante días las calles en busca de alimento, algún sitio seguro donde descansa, refugiarse del calor …en definitiva sobrevivir.
Llegó a nosotros plagado de parasitos externos que costo varios días hacer desaparecer.
Ahora dejada atrás esa pesadilla en las calles, Rolf nos lo agradece diariamente, con sus besos y saltos para que lo mimemos y le demos cariño.
Rolf tiene la oportunidad de formar parte de un hogar en que conocer el lado amable de la vida.