Aunque no estaba planeado no pudimos dejarlo allí así que nos trajimos al refugio a ambos compañeros. Ahora en el refugio empiezan a confiar poco a poco. Todavía le cuesta, a Billy más que a Thor, todavía tiene un camino por delante que esperemos no sea muy largo antes de dejar atrás todo el miedo que lo paraliza.
Es un perro que no intenta morder en ningún momento, a pesar del pánico solo tiembla y se encoge. Poco a poco mejora, pero necestaría una familia que concozca su historia y tenga paciencia y ganas de recorrer ese camino junto a él.
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