Croqueta apareció en la puerta de mi casa a mediados de julio de 2019. Estaba maullando, me asomé al balcón y la vi acercarse a unas personas. No lo dudé, cogí un transportín y bajé a por ella. Tenía tantas pulgas que tenía todo el cuello lleno de calvas. Y además, parásitos internos. En unas semanas estaba totalmente recuperada y con todo su pelo. Es una gata muy cariñosa y tranquila. Se llama así porque le gusta tanto que le rasquen la barriguita que se pone a dar vueltas como si estuvieras empanando una croqueta.

Está totalmente sana y se lleva estupendamente con perros y gatos.