Si crees que ha llegado el momento para adoptar y darle la oportunidad de tener una vida mejor a uno de nuestros perros en adopción, conoce la historia de CHOCOLATE, un precioso perro mestizo de labrador y bodeguero, de tamaño mediano. Nació el 26 de mayo de 2014 y ha vivido todo este tiempo junto a su familia en un hogar, por lo que conoce a la perfección todas las rutinas de las personas, las normas de casa y el no hacer pipi ni caca hasta llegar a la calle. Pero como los perretes dependen de nosotros, CHOCOLATE ha tenido que adaptarse a un cambio drástico en su vida, no estar con su familia y empezar una nueva vida en el refugio. Queremos que encuentre muy pronto a esa familia que le quiera y cuide para el resto de sus días.

CHOCOLATE es un perro adulto que ha vivido siempre en un hogar y que, por desgracia, esta familia no dispone del tiempo necesario para él en estos momentos. Nos parte el alma este tipo de situaciones, ellos no merecen pagar platos rotos, jamás entenderán qué han hecho mal para no seguir viviendo con esas personas a quienes han ofrecido toda su lealtad, entrega y cariño. Vivir en el refugio nada tiene que ver con un hogar. Nosotros compartimos tiempo con ellos, les queremos desde el minuto uno, les damos de comer, limpiamos su estancia, cuidamos, medicamos y jugamos; pero no deja de ser una parcela vallada con caseta y cama. Por eso es importante reflexionar sobre la tenencia de un perro, entender que es uno más de la familia y la obligación de conciliar nuestra vida junto a él.

CHOCOLATE además de ser un perro guapísimo de color negro azabache, es muy divertido y juguetón. Se lo pasa pipa con la pelota, le encantan salir al patio a saltar, correr y recibir mimitos. Con sus compis perros se lleva genial. Con los voluntarios es toda ternura, nada le gusta más que echarse en la hierba y que le rasques la barriguita. Atiende a su nombre, es inteligente y educado.