Conocer a KATIA y compartir momentos de voluntariado con ella es de las mejores experiencias que puedas vivir. Tanto ella, como sus dos hermanos NADIA y RAIGO (ya adoptado) vagabundeaban por un pueblo de Sevilla, los tres juntos se sentían seguro, se protegían entre ellos, sin saber que la suerte estaba de camino. KATIA y sus hermanos calculamos que nacieron sobre el mes de enero de 2019. Son de tamaño grande, raza labrador / mestizo, y de color negro brillante.

Uno de esos días de paseos por las calles y las afueras del pueblo sevillano tuvieron la suerte de cruzarse en el camino de una familia de esas bonitas, de las que no miran hacia otro lado y se implican para ayudar a quien lo necesita. De esta forma, KATIA y sus hermanos, NADIA y RAIGO, conocieron a sus rescatadores. Durante una temporada y hasta que confiaron en ellos, visitaban el lugar donde les esperaba comida, agua y palabras de aliento, con el cariño propio de alguien que entiende del sufrimiento y necesidad ajena. Día a día, a los tres les iba cambiando el ánimo, se acercaban cada vez más, se dejaban acariciar y mimar, y por fin llegó el día en el que se sintieron seguros y relajados como para subirse al coche y comenzar una nueva vida.

KATIA es un encanto de perra, literalmente. Decir que es una belleza es una obviedad. Así que vamos a hablar sobre su carácter. En cuanto llegó al refugio se ganó a todos los voluntarios por su nobleza y simpatía. Es de esas perritas con pinta de buenaza y que demás lo es. Te sigue a donde vayas, juega contigo, disfruta de la compañía humana y la de otros perros. No hay tenido ningún problema con los compis de cuatro patas, ella solo quiere andurrear por el patio, echarse tranquila a la sombra y todas las caricias del mundo mundial sobre ese cuerpazo serrano que tiene.

Esta jovenzuela esta sanita como una manzana. Tras el test sanguíneo de enfermedades el resultado dio negativo en todas. ¡Alegría a tope! Está desparasitada, en regla sus vacunas, tiene chip, cartilla veterinaria y está esterilizada. Ya solo le falta dormir a gustito en una cama, a tus pies; pasear a tu lado feliz moviendo la cola, y mirarte agradecida cuando le acaricies la cabeza y le hables bonito.