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La importancia del rascador en la vida de un gato
26 de septiembre de 2025

La importancia del rascador en la vida de un gato

Introducción

Si tienes un gato en casa o estás pensando en adoptar uno, es probable que antes o después te encuentres con muebles arañados, cortinas descosidas o alfombras marcadas. Este comportamiento, que a muchos propietarios les resulta frustrante, tiene una explicación muy sencilla: arañar es una conducta natural y necesaria para los felinos. Un elemento clave para canalizar esta conducta es el rascador. En este artículo explicamos por qué el rascador es tan importante para la salud física y emocional del gato, cómo elegirlo, dónde colocarlo y cómo integrarlo en la rutina del felino para prevenir problemas de conducta.

Contexto y antecedentes

Los gatos domésticos conservan instintos heredados de sus ancestros salvajes. Entre ellos está el acto de arañar, que cumple varias funciones: afilar las uñas, eliminar capas externas de queratina, estiramiento muscular, marcado territorial y liberación de estrés. Estudios y encuestas realizadas por asociaciones de veterinarios y protectoras muestran que una gran proporción de dueños de gatos menciona daños en muebles como una de las razones por las que no recomiendan tener gatos a familiares que no los conocen. Por eso, entender y facilitar alternativas adecuadas reduce el conflicto entre gato y dueño y mejora la convivencia.

Desarrollo

¿Por qué los gatos arañan?

El arañar no es un capricho: es una conducta multifuncional. Podemos resumir sus principales objetivos:

  • Salud de las uñas: Al arañar, el gato desprende las capas viejas de la uña, manteniéndola en buen estado.
  • Ejercicio y estiramiento: El acto implica estirar la espalda, las patas delanteras y los músculos del torso.
  • Marcaje territorial: Los gatos tienen glándulas odoríferas en las patas; al arañar dejan señales químicas además de visuales.
  • Regulación emocional: Arañar ayuda a liberar tensión y a manejar el estrés o la excitación.

¿Qué pasa si no tienen un rascador?

Si un gato no dispone de una alternativa adecuada, buscará otros materiales en el hogar: muebles, sofás, marcos de puerta o cortinas. Esto no significa que el animal sea «malo» o «vengativo», sino que está satisfaciendo una necesidad básica. Además, la falta de estimulaciones apropiadas puede aumentar la ansiedad y derivar en conductas indeseadas, como marcaje con orina o agresividad por frustración.

Tipos de rascadores y cómo elegir el adecuado

El mercado ofrece rascadores de muy diversos formatos y materiales. Elegir el más adecuado depende de la edad del gato, su tamaño, sus preferencias y el espacio disponible.

Materiales comunes

  • Sisal: Es uno de los favoritos porque ofrece resistencia y una textura que atrae a muchos gatos.
  • Cartón corrugado: Ideal para gatos que prefieren rascar en horizontal; suele ser económico y sustituible.
  • Madera y moqueta: Algunos rascadores combinan superficies blandas y rígidas; la clave es que sean seguros y no dañinos.

Formas y tamaños

Existen rascadores verticales, horizontales y combinados. Los rascadores verticales suelen permitir estiramientos completos del cuerpo; son recomendados para gatos grandes o activos. Los rascadores horizontales o inclinados gustan a gatos que prefieren rascar y rodar en superficies más planas. También hay árboles rascadores con plataformas y cuevas, que suman espacio de juego y descanso.

Consejos para elegir

  • Observa cómo tu gato araña actualmente: ¿prefiere vertical u horizontal?
  • Elige un rascador estable: si se tambalea puede asustar al gato.
  • Piensa en la durabilidad del material: el sisal y el cartón grueso suelen aguantar bien.
  • Considera varios rascadores en hogares con varios gatos; la competencia por recursos puede generar conflictos.

Ubicación y entrenamiento

Colocar el rascador en el sitio correcto es tan importante como elegir el modelo. Algunas pautas prácticas:

  • Pon al menos uno cerca de los muebles que el gato suele arañar.
  • Ubícalo en zonas de paso y en áreas donde al gato le guste descansar, ya que suelen arañar al levantarse o antes de dormir.
  • Evita colocarlo en lugares encerrados o con poco tránsito si tu gato es sociable y le gusta estar donde está la familia.

Para incentivar su uso, puedes frotar un poco de hierba gatera (catnip) o usar juguetes en la base para atraerlo. Premia con caricias y refuerzos positivos cuando lo use. Evita castigos: no son efectivos para aprender conductas positivas en gatos y pueden generar desconfianza.

Ejemplos y casos prácticos

Caso 1: Gatito adoptado que araña muebles

Un gatito que llega a un hogar suele explorar y probar distintas superficies. Colocar un rascador desde el primer día cerca del sofá y usar un juguete para atraerlo a rascar incrementa la probabilidad de que lo adopte como su lugar habitual. Cambiar la ubicación poco a poco puede ayudar si al principio no lo usa.

Caso 2: Gato adulto estresado en hogar con cambios

El estrés por cambios en el entorno (mudanza, nueva mascota, obras) incrementa la necesidad de marcar y liberarse de tensión. En estos casos, disponer de varios rascadores en zonas estratégicas, junto con otros recursos de enriquecimiento (perchas, escondites, juegos) reduce la presión y evita que los muebles sufran. Los veterinarios y especialistas en conducta recomiendan aumentar los recursos por gato en hogares con varios felinos para minimizar conflictos.

Caso 3: Gato mayor con movilidad reducida

Los gatos mayores pueden preferir rascadores horizontales y suaves superficies que no requieran subidas o saltos. Un rascador bajo y estable, colocado junto a su cama habitual, facilita que mantenga la salud de sus uñas sin esfuerzo.

Mantenimiento y seguridad

Revisar el estado del rascador periódicamente es importante. Si el material está muy desgastado o suelto puede convertirse en riesgo de enganche. Sustituye las piezas que estén dañadas. Limpia el polvo y pelos acumulados; en rascadores de cartón es normal que haya que cambiarlos más a menudo, pero suelen ser económicos y bien aceptados por muchos gatos.

Conclusión final y reflexión

El rascador es mucho más que un accesorio: es una herramienta esencial para el bienestar físico y emocional de los gatos. Facilita el cuidado de sus uñas, les permite estirarse, marcar su territorio y gestionar emociones como el estrés. Invertir tiempo en elegir modelos adecuados, colocarlos en lugares estratégicos y fomentar su uso con refuerzo positivo reduce problemas de convivencia y fortalece el vínculo entre el gato y su familia humana.

Más allá de la comodidad del hogar, comprender y respetar estas conductas naturales es parte de ofrecer una vida digna y enriquecida a los animales que conviven con nosotros. Un simple rascador, puesto en el lugar correcto y usado con paciencia, puede transformar la rutina de un felino y devolver la armonía al hogar.

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