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Por qué algunos animales permanecen más tiempo en adopción que otros
21 de septiembre de 2025

Por qué algunos animales permanecen más tiempo en adopción que otros

Introducción

En los centros de acogida y protectoras es habitual ver que algunos animales encuentran hogar en cuestión de días, mientras que otros pueden esperar semanas, meses o incluso años. Esta diferencia no es casual: existe una combinación de factores que influye en la rapidez con la que perros y gatos son adoptados. En este artículo analizamos, con un enfoque práctico y cercano, las razones más comunes por las que algunos animales permanecen más tiempo en adopción y qué puede hacerse para cambiar esa realidad.

Contexto y antecedentes

Los refugios y asociaciones trabajan día a día para que los animales encuentren una familia responsable. Sin embargo, la realidad demuestra que no todos parten desde la misma posición: cachorros y gatitos suelen tener una demanda muy alta, mientras que adultos, senior o animales con necesidades especiales se enfrentan a más obstáculos. En muchos países, las estadísticas de protectoras revelan que los cachorros se colocan mucho más rápido, mientras que los adultos y ancianos pueden tardar entre varias semanas y varios meses en ser adoptados.

Comprender estos patrones es clave para diseñar estrategias que mejoren la colocación de los animales más vulnerables y para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de adoptar sin prejuicios.

Desarrollo

1. Edad: el factor más visible

La edad es probablemente el factor que más condiciona la adopción. Los cachorros y gatitos atraen por su ternura y la idea de criar desde pequeños. Muchas familias prefieren esta opción porque creen que será más fácil educarlos. En contraste, los animales adultos o seniors suelen ser percibidos como una “apuesta” mayor: requieren adaptación, pueden traer hábitos formados y, en el caso de los ancianos, mayor atención veterinaria. Esto se traduce en que los adultos permanecen más tiempo esperando un hogar.

2. Salud y necesidades médicas

Los animales con problemas de salud o con necesidades médicas especiais suelen tener menos solicitudes de adopción. A veces el coste de tratamientos o la percepción de que requerirán cuidados constantes desanima a posibles adoptantes. Aunque muchos animales con enfermedades crónicas pueden llevar una vida plena con el tratamiento adecuado, la barrera económica y emocional hace que su estancia en refugios se alargue.

3. Comportamiento y socialización

El comportamiento influye mucho. Un perro que muestra miedo, ansiedad o conductas reactivas puede generar inseguridad. Los gatos muy tímidos o los que tienen mal comportamiento por estrés de refugio también resultan menos atractivos. La socialización previa, la historia del animal y la capacidad del refugio para rehabilitar conductas determinan en gran parte su empleabilidad.

4. Raza, tamaño y apariencia

Las preferencias por razas o tamaños concretos afectan las tasas de adopción. Perros de razas muy populares o de tamaño pequeño suelen encontrar hogar más rápido. Por otro lado, razas estigmatizadas (por ejemplo, algunas asociadas a comportamiento agresivo) o animales de gran tamaño pueden permanecer más tiempo. También existe un sesgo hacia colores: gatos negros y perros de pelaje oscuro, en ocasiones, son vistos como menos llamativos en fotografía y reciben menos visitas online.

5. Estigma y mitos sociales

Los mitos (como pensar que un perro de presa es automáticamente peligroso) o creencias culturales influyen. Además, la edad de los adoptantes potenciales y su estilo de vida condicionan qué tipo de animal buscan, favoreciendo a unos perfiles sobre otros.

6. Visibilidad y marketing

La forma en que un animal es presentado al público marca la diferencia. Fotografías de mala calidad, descripciones poco trabajadas o ausencia de promoción en redes sociales reducen las posibilidades de ser visto. Las protectoras que invierten en buenas fotos, vídeos y en contar historias reales logran reducir el tiempo de adopción.

7. Políticas y procesos de la propia protectora

Los requisitos administrativos, tiempos de respuesta largos o procesos de adopción muy estrictos pueden frenar a potenciales adoptantes. Por el contrario, procesos claros, acompañamiento y seguimiento postadopción facilitan que más familias se animen a adoptar animales con más dificultades.

8. Ubicación y estacionalidad

En zonas urbanas con mayor tránsito de personas las adopciones suelen ser más rápidas. Además, existen picos estacionales: en verano o en ciertas fechas las adopciones aumentan, mientras que en periodos económicos complicados la demanda tiende a bajar.

Ejemplos y casos

Ejemplo 1: Un perro adulto encontrado en la calle, sano pero desconfiado. Sin socialización previa, mostró reacciones de miedo ante visitas y familias que buscaban un animal «tranquilo». Tras un programa de rehabilitación conductual en la protectora y una sesión de fotos con luz natural mostrando su lado cariñoso, recibió más visitas y finalmente fue adoptado tras tres meses.

Ejemplo 2: Una gata negra de siete años con ligera insuficiencia renal crónica. Al principio nadie la solicitaba por la presunción de mayores costes veterinarios. La protectora decidió contar su historia, explicar en qué consistía su tratamiento y ofrecer seguimiento. En pocas semanas una familia con experiencia en gatos senior se interesó y adoptó, demostrando que la información y el acompañamiento cambian decisiones.

Ejemplo 3: Un cachorro mestizo que llegó con sarna y desnutrición. Tras tratamiento y buena exposición en redes, fue adoptado en menos de una semana. La diferencia entre este caso y los anteriores ilustra cómo la combinación de edad, recuperación visible y visibilidad acelera el proceso.

Conclusión final y reflexión

Que algunos animales permanezcan más tiempo en adopción que otros es el resultado de múltiples factores: edad, salud, comportamiento, apariencia, estigmas sociales, visibilidad y procesos administrativos. La buena noticia es que muchas de estas barreras son mitigables. Mejorar la presentación de los animales, ofrecer programas de socialización y rehabilitación, transparentar costes veterinarios y brindar apoyo postadopción son medidas que acortan tiempos y salvan vidas.

Como sociedad podemos apostar por una mirada más amplia: valorar a los animales por su potencial afectivo y no solo por su aspecto o edad. Adoptar un animal adulto o con necesidades especiales puede ser una experiencia profundamente gratificante y, en muchos casos, salvar una vida que de otro modo pasaría años esperando. Si estás pensando en adoptar, pregunta en las protectoras por animales que quizá no sean los primeros en la lista, porque muchas veces el compañero ideal está esperando justo donde menos lo esperas.

Reflexión: Cambiar la forma en que vemos la adopción es responsabilidad de todos: desde las protectoras que cuentan historias hasta las familias que están dispuestas a mirar más allá de la primera impresión. Juntos podemos reducir el tiempo de espera de los animales más vulnerables y ofrecerles el hogar que merecen.

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