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Primeros auxilios básicos para perros y gatos: qué hacer en las primeras horas
1 de octubre de 2025

Primeros auxilios básicos para perros y gatos: qué hacer en las primeras horas

Introducción

Todos los que convivimos con perros o gatos sabemos que, por muy atentos que seamos, puede surgir una emergencia. En esos primeros minutos el miedo y la incertidumbre suelen ser los peores enemigos. Este artículo ofrece una guía práctica y accesible para actuar con calma y eficacia: desde cómo preparar un kit de primeros auxilios hasta maniobras básicas que pueden salvar vidas mientras llegas al veterinario.

Contexto y antecedentes

Las consultas de urgencia veterinaria aumentan en determinadas épocas: fines de semana, vacaciones y celebraciones con comidas fuera de lo habitual. Muchas emergencias tienen origen doméstico (accidentes domésticos, ingesta de alimentos tóxicos o objetos extraños). La rapidez en la actuación es clave: los expertos señalan que los primeros 10-30 minutos tras un accidente suelen ser determinantes para el pronóstico. Por ello, es importante saber reconocer signos de alarma y tener a mano recursos básicos.

Desarrollo

Prioridades al llegar a la escena

Al enfrentarte a una emergencia con tu mascota, sigue este orden de prioridad: seguridad, evaluación, contención y transporte.

  • Seguridad: asegúrate de que tanto la mascota como las personas estén a salvo. Un animal asustado puede morder; usa una toalla o bozal si es necesario y si sabes cómo colocarlo sin causar daño.
  • Evaluación rápida: observa si respira, si tiene pulso (en perros grandes puedes palpar la arteria femoral), y si está consciente.
  • Contención: inmoviliza fracturas con soporte rígido improvisado (tabla, cartón), controla hemorragias con presión directa y vendaje.
  • Transporte: prepara una camilla improvisada (tabla, manta firme) y dirígete al servicio veterinario más cercano.

Síntomas que requieren atención urgente

Reconocer signos de alarma puede marcar la diferencia. Busca:

  • Dificultad para respirar, respiración rápida o jadeo extremo.
  • Pérdida de conciencia o debilidad súbita.
  • Sangrado profuso o heridas profundas.
  • Vómitos o diarrea persistente, especialmente con sangre.
  • Convulsiones o temblores incontrolables.
  • Ingesta conocida de un tóxico (medicamentos humanos, chocolate, xilitol, antihelmínticos, productos de limpieza).
  • Golpes de calor o hipotermia.

Cómo manejar situaciones concretas

Hemorragias

Presiona firmemente sobre la herida con una gasa o paño limpio durante varios minutos. Si es necesario, aplica un vendaje de compresión. No intentes retirar objetos incrustados: inmoviliza y cubre alrededor del objeto. Lleva al animal al veterinario de inmediato.

Heridas y mordeduras

Limpia con solución salina o agua tibia, aplica presión si sangra, y cubre con una gasa. No uses alcohol ni peróxido directamente en heridas abiertas, ya que pueden dañar tejidos. Consulta con el veterinario sobre la necesidad de sutura o antibiótico.

Asfixia o atragantamiento

Si el animal no puede respirar, abre la boca con cuidado y mira si hay un objeto visible que puedas extraer con pinzas largas. En perros pequeños, puedes intentar la maniobra de Heimlich modificada: sostén al animal con la espalda contra tu pecho y aplica presión rápida en el abdomen. En gatos, la maniobra debe ser más suave. Ten en cuenta que estas maniobras pueden causar daño si se hacen sin experiencia; busca asistencia veterinaria urgente.

Envenenamientos

Si sospechas intoxicación, intenta identificar la sustancia y la cantidad ingerida. No induzcas el vómito sin consultar al veterinario (algunos productos son corrosivos). Lleva el envase o una foto al centro veterinario. Si es posible, llama a una línea de toxicología veterinaria para instrucciones específicas.

Golpe de calor

Los signos incluyen respiración muy rápida, debilidad, salivación excesiva y colapso. Enfría gradualmente con agua templada, evita el choque térmico con agua muy fría, y ofrécele agua si está consciente. Tras la primera atención, es obligatorio acudir al veterinario: el golpe de calor puede dañar órganos internos incluso después de aparentes mejorías.

Fracturas y esguinces

Inmoviliza la zona con una férula improvisada (tablilla y vendaje), evitando mover al animal más de lo necesario. Controla el dolor con calma y lleva al animal al veterinario para radiografías y tratamiento adecuado.

Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica para mascotas

La RCP en animales combina compresiones torácicas y ventilación boca a nariz/boca. Para perros grandes, las compresiones se realizan sobre el punto más ancho del pecho; en perros pequeños y gatos, se usan las manos que rodean el tórax. La relación típica es 30 compresiones por 2 ventilaciones, similar a la técnica humana, pero lo ideal es recibir formación práctica. Si no estás formado, las compresiones torácicas continuas aumentan la probabilidad de mantener flujo sanguíneo hasta llegar al veterinario.

Qué debe contener un kit básico de primeros auxilios

  • Gasas estériles, vendas y cinta adhesiva.
  • Antiséptico suave (clorhexidina diluida).
  • Tijeras de punta roma y pinzas.
  • Guantes desechables y mantas térmicas.
  • Termómetro digital (rectal) y linterna.
  • Correa extra, bozal blando o alternativa segura.
  • Lista con teléfonos de emergencia veterinaria y alergias conocidas.

Ejemplos y casos

Caso 1: Atropello y contusión

Un perro atropellado puede presentar fracturas, hemorragias internas o shock. Tras proceder a asegurar la escena, se inmoviliza al animal en una tabla, se controla sangrados visibles y se transporta al servicio de urgencias. La estabilización temprana (control del sangrado y mantenimiento de la temperatura) mejora las posibilidades de recuperación.

Caso 2: Ingesta de chocolate

Una gata que ingiere chocolate puede mostrar vómitos, hiperactividad o convulsiones dependiendo del tipo y cantidad. Si la ingestión es reciente, el veterinario puede inducir el vómito o administrar carbón activado. La rapidez y la identificación del producto son clave.

Caso 3: Golpe de calor en verano

Un perro de raza braquicefálica (hocico corto) sufre una descompensación tras ejercicio intenso en verano. Se enfría con agua templada y se lleva urgentemente al veterinario, donde se detecta deshidratación y daño renal incipiente. El tratamiento hospitalario y la monitorización a tiempo evitan secuelas graves.

Conclusión final y reflexión

La prevención es la mejor primera ayuda: vigila el entorno doméstico, evita dejar productos tóxicos al alcance y adapta paseos y ejercicio a la condición de tu mascota. Sin embargo, saber cómo actuar en los primeros minutos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Tener un kit de primeros auxilios, conocer signos de alarma y contar con el número de un veterinario de urgencias hará que llegues preparado. Te animo a formarte con cursos prácticos de RCP y manejo de emergencias para mascotas: el conocimiento y la calma son las mejores herramientas cuando más se necesitan.

Recuerda: ante la duda, consulta siempre al profesional. Actuar rápido y con cabeza salvará a muchas mascotas.

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