La forma más fácil de adoptar

Encuentra la mascota que necesita tu adopción

Qué hacer en caso de emergencia veterinaria: guía práctica para dueños de perros y gatos
30 de septiembre de 2025

Qué hacer en caso de emergencia veterinaria: guía práctica para dueños de perros y gatos

Ante una emergencia veterinaria el tiempo y la calma marcan la diferencia. Este artículo te ofrece una guía clara y práctica para reconocer los signos de peligro, dar primeros auxilios seguros y preparar el traslado al veterinario. Está pensada para dueños de perros y gatos que quieren estar listos sin entrar en pánico cuando ocurre lo inesperado.

Introducción

Las emergencias con mascotas pueden presentarse en cualquier momento: en casa, paseando o tras un accidente. Saber cómo reaccionar reduce el riesgo de complicaciones graves y puede salvar vidas. Aquí aprenderás a identificar una urgencia, cómo actuar en las primeras 30-60 minutos —un periodo crítico— y qué preparar para estar listo ante cualquier imprevisto.

Contexto y antecedentes

Muchos propietarios piensan primero en el veterinario, pero las decisiones tomadas durante los primeros minutos suelen condicionar el pronóstico. Las causas más frecuentes de urgencia incluyen intoxicaciones, ingerir cuerpos extraños, traumatismos por atropello, heridas con sangrado abundante, convulsiones, problemas respiratorios, golpes de calor y el temido cuadro de torsión gástrica (GDV) en perros grandes. Aunque la disponibilidad de clínicas 24 horas ha mejorado la atención, la preparación del dueño sigue siendo esencial.

Desarrollo

Signos de una emergencia

Reconocer los síntomas es el primer paso. Algunos signos que requieren atención inmediata son:

  • Dificultad para respirar o respiración muy rápida.
  • Sangrado abundante que no cede con presión.
  • Pérdida de consciencia o colapso.
  • Convulsiones o movimientos incontrolados.
  • Vómitos o diarrea intensos, especialmente si contienen sangre o llevan horas.
  • Golpe de calor: jadeo extremo, debilidad, babeo, colapso.
  • Ingestión de tóxicos (medicamentos humanos, ciertos alimentos, anticongelantes, plantas).
  • Incapacidad para orinar o defecar cuando antes era normal (puede indicar obstrucción).
  • Hinchazón abdominal, dolor intenso o intento de vomitar sin éxito (signos de GDV).

Primeros pasos al detectar una emergencia

Si sospechas una urgencia, sigue estos pasos básicos:

  1. Mantén la calma. Tu mascota percibe el estrés y puede empeorar la situación. Respira hondo y actúa con decisión.
  2. Asegura el entorno. Retira peligros inmediatos (tráfico, objetos punzantes). Si el animal está aturdido, colócalo en un lugar tranquilo.
  3. Evalúa respiración y pulso. Si no respira o no tiene pulso, solicita ayuda veterinaria y sigue indicaciones para RCP.
  4. Controla sangrados aplicando presión directa con una gasa o tela limpia. No retires objetos incrustados: estabilízalos y acude al vet.
  5. No administres medicación humana ni provoques el vómito sin consultar al veterinario o a un centro de control de intoxicaciones veterinarias.

RCP y maniobras básicas (con precaución)

Si tu perro o gato no respira o ha dejado de latir, la reanimación cardiopulmonar puede ser necesaria. Estas maniobras requieren formación para ser óptimas, pero en ausencia de alternativa, pide instrucciones telefónicas al veterinario. En términos generales:

  • Coloca al animal sobre una superficie rígida.
  • Comprueba la presencia de aire en la boca y vías respiratorias; retira moco o vómito con cuidado.
  • Realiza compresiones torácicas firmes, adaptadas al tamaño del animal. Alterna con insuflaciones boca a hocico si sabes cómo hacerlo.
  • Busca ayuda en el trayecto al hospital: cada minuto cuenta.

Importante: la mejor opción es recibir formación práctica en RCP para mascotas en un curso impartido por un profesional.

Transporte seguro al veterinario

Al trasladar a una mascota herida, minimiza los movimientos bruscos. Ideas prácticas:

  • Usa una caja de transporte rígida cuando sea posible. Para animales grandes, una camilla improvisada con una tabla o una manta fuerte funciona bien.
  • Si sospechas fractura, inmoviliza la zona antes de mover al animal.
  • Si el animal está agresivo por dolor, protege a los presentes: un bozal suave (en perros) o envolver en una manta (en gatos) puede ayudar; nunca uses la fuerza innecesaria.
  • Conduce con prudencia pero con velocidad sensata hasta la clínica más cercana.

Qué evitar

Hay acciones que empeoran las cosas con frecuencia:

  • No administres aspirinas, ibuprofeno, paracetamol u otros fármacos humanos sin indicación veterinaria.
  • No intentes sacar objetos clavados; estabilízalos hasta llegar al veterinario.
  • No fuerces la alimentación o el agua si el animal está inconsciente o con dificultad para tragar.
  • Evita baños fríos en casos de choque; en golpes de calor puedes humedecer con agua tibia y ventilar, pero busca atención urgente.

Kit de emergencia para mascotas

Preparar un botiquín básico ahorra tiempo en una urgencia. Incluye:

  • Gasa estéril, vendas y cinta adhesiva.
  • Guantes desechables, tijeras, pinzas y termómetro digital.
  • Correas y bozal o una manta para inmovilizar.
  • Lista con teléfonos: veterinario habitual, clínica 24h más cercana y un centro de control de intoxicaciones veterinarias.
  • Copias del historial médico, vacunaciones y medicamentos que toma tu mascota.

Ejemplos y casos prácticos

Caso 1: Mi perro fue atropellado

Tras un atropello, lo primero es alejarlo de la vía y comprobar respiración y hemorragias. Si sangra mucho, aplica presión y trasládalo lo antes posible. Evita mover el cuello o la columna innecesariamente: usa una camilla improvisada. En la clínica, el diagnóstico puede incluir radiografías y control del shock.

Caso 2: Mi gato ingirió un veneno doméstico

Si sospechas ingestión de tóxico, llama al veterinario o a un centro de toxicología animal de inmediato. No provoques el vómito sin indicación profesional: algunos tóxicos dañan más al regresar. Lleva al envase del producto o una muestra para que el veterinario identifique la sustancia.

Caso 3: Perro con convulsiones

Durante una convulsión, evita acercar la mano a la boca. Aleja objetos y protege al animal de golpes. Registra la duración de la crisis y llama al veterinario. Si las convulsiones son repetitivas o duran más de unos minutos, se trata de una emergencia.

Conclusión final y reflexión

Una emergencia veterinaria pone a prueba tu capacidad de mantener la calma y actuar con conocimiento. Prepararte con un kit, conocer los signos de alarma y tener a mano los contactos de emergencia reduce la incertidumbre y mejora el pronóstico de tu mascota. Recuerda que la formación práctica (cursos de primeros auxilios para mascotas) y la prevención (seguridad en casa, cuidados estacionales) son las mejores herramientas para evitar tragedias.

Si algo te queda claro, que sea esto: anticiparse salva vidas. Dedica unas horas a preparar tu plan de emergencia y comparte este conocimiento con otros dueños. En la mayoría de casos, una respuesta rápida y sensata marca la diferencia entre una recuperación completa y complicaciones irreversibles.

Actúa con rapidez, informa al veterinario y prioriza la seguridad de tu compañero.

¡Comparte!

Puedes compartir la página actual en twitter o en facebook de esta forma compartes únicamente los anuncios que te interesen.